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John Anthony Frusciante es mayormente conocido por haber sido uno de los integrantes de los Red Hot Chili Peppers. Él fue el encargado de dotar a la banda californiana de tintes melódicos sin perder esa identidad funk tan reconocida. Sin embargo, la creación musical de Frusciante abarca un universo mucho más amplio. Guitarrista, cantante, vocalista y productor, John ha estado ligado a la música desde el momento en el que nació y ha conocido el lado más oscuro tanto de la fama como de la propia guitarra.
       
   
   
   
JOHN ANTHONY FRUSCIANTE ES MAYORMENTE CONOCIDO POR HABER SIDO UNO DE LOS INTEGRANTES DE LOS RED HOT CHILI PEPPERS. ÉL FUE EL ENCARGADO DE DOTAR A LA BANDA CALIFORNIANA DE TINTES MELÓDICOS SIN PERDER ESA IDENTIDAD FUNK TAN RECONOCIDA. SIN EMBARGO, LA CREACIÓN MUSICAL DE FRUSCIANTE ABARCA UN UNIVERSO MUCHO MÁS AMPLIO. GUITARRISTA, CANTANTE, VOCALISTA Y PRODUCTOR, JOHN HA ESTADO LIGADO A LA MÚSICA DESDE EL MOMENTO EN EL QUE NACIÓ Y HA CONOCIDO EL LADO MÁS OSCURO TANTO DE LA FAMA COMO DE LA PROPIA GUITARRA.
  
  
Mario Andrades
  

 
  
 
 

 
 
El título de este reportaje podría ser perfectamente una descripción del matrimonio entre John Frusciante y algunas de sus joyas de seis cuerdas; esa emoción que circula a través del ambiente gracias a las delicadas manos del guitarrista nacido en Queens (Nueva York) en el 5 de marzo de 1970, seis meses antes de la muerte de Jimi Hendrix. Este dato podría parecer una mera casualidad, pero teniendo en cuenta la forma en que influenciaría la música de Hendrix en John, más bien podríamos hablar casi de una reencarnación. La música siempre estuvo presente en su vida desde el primer momento. Su padre, John, era pianista y juez, y su madre, Gail, era una cantautora retirada y reconvertida en ama de casa. Tras la separación de sus padres, el pequeño John se fue con su madre a California. Allí fue donde entraría en contacto con un género en plena efervescencia como el punk rock.​ A los diez años comenzó a escuchar a The Germs y a recibir clases de guitarra. Poco más tarde descubriría a las que serían sus grandes influencias musicales: Jeff Beck, Jimmy Page, Frank Zappa y Jimi Hendrix.​ Su pasión por la guitarra era tal que a los dieciséis decidió dejar el instituto para dedicarse exclusivamente a la música.
 
Hacia principios de la década de los 80, los Red Hot Chili Peppers iban ganándose adeptos poco a poco. Porque así emergen las buenas bandas, sin ir en dirección a un público ya configurado, sino adentrándose en un estilo personal y lleno de vida; algo que no se ve todos los días. Veamos la receta. Un chaval con carácter para la poesía, un joven trompetista que mamaba jazz desde la cuna y un chico israelí fascinado con sonidos provenientes de otra dimensión. Un grupo primitivo (Anthym) y una actuación sublime como teloneros de Neighbour's Voices. Si agregamos pimienta funk/punk a la mezcla... voilà: Red Hot Chili Peppers. Así empezó todo, la típica historia de "se hicieron amigos en el instituto, desde entonces fueron inseparables, bla, bla, bla…". El instituto era el Fairfax High School y los amigos eran Anthony Keidis, Flea y el bueno de Hillel Slovak.
 
Más tarde llegaría Jack Irons para enchufarse a la batería. A lo largo de su primera etapa, macarra, divertida y alocada, grabaron tres discos que marcaron a una generación que andaba perdida con un estilo del que costaría despegarse. Cuentan de sus puestas en escena que nunca fueron vistas, algo normal, no muchos artistas salen al escenario con solo un calcetín en sus divinas partes. Pero aunque todo pareciera color de rosa, las drogas, y en especial la heroína, estaban marcando una fractura en la banda y pronto reclamaría una vida. Corría el año 1988 y los peores presagios se cumplieron. Hillel fue encontrado en su apartamento muerto a causa de una sobredosis. El grupo reflexionó sobre qué hacer después de la caída de uno de los pilares que sostenían la banda y, sobre todo, de un amigo. Jack Irons decidió que había sido suficiente para él, al no poder soportar la pérdida de su colega. Keidis y Flea decidieron continuar.
 
 
  
 
    
 
Pronto entraría a la palestra un genio inesperado de la guitarra, además de fan incondicional del grupo desde los quince años. "Ni siquiera veía los conciertos. Me sentía parte de la banda, y creo que el resto del público también", llegó a decir. Y es que John incluso sabía tocar de memoria la guitarra y el bajo de los tres primeros discos de la banda. Con el tiempo se había hecho amigo de Slovak y deDH Peligro, batería de Dead Kennedys, y gracias a sus improvisaciones juntos, también acabó conociendo a Flea. Por aquel entonces, John se encontraba realizando audiciones para unirse a la banda de Frank Zappa, pero cambió de opinión al escuchar que sus integrantes no podían consumir drogas de ningún tipo. Sencillamente, se dio cuenta de que "quería ser una estrella del rock, tomar drogas y estar con chicas, y que no sería capaz de hacer eso en la banda de Zappa". 
 
Después de la muerte de Slovak y tras un, digámoslo así, paso espiritual por Thelonious Monster, Frusciante tomaría las riendas de la guitarra de los Red Hot. Como decíamos, Frusciante también soñaba con ser una estrella de rock por toda la parafernalia que ello conlleva, claro está, incluidas las drogas. Era algo realmente paradigmático, pues a la vez que este joven de tan solo dieciocho años tenía tales aspiraciones, manifestaba continuamente que no quería que el grupo alcanzase fama internacional. Es más, la conversación que mantuvo con Slovak en su último concierto iba encaminada a este pensamiento: "Hillel me preguntó "¿Te seguirían gustando los Chilis si fueran tan populares como para tocar en el LA Forum?", yo dije "no. Lo arruinaría todo". Eso es lo bueno de la banda, que la audiencia no se siente diferente con respecto a ella en absoluto", pues bajo su consideración, la banda perdería una parte fundamental de su esencia; ser uno para con su audiencia. ¡Al rico pareado!
 
Con el ingreso de Chad Smith en la banda, grabaron Mother’s Milk. Este albúm obtuvo una buena aceptación, reportándole fama incluso al otro lado del charco. De hecho, sería el primer disco de platino de los californianos. Los tiempos estaban cambiando, los estilos, evolucionaban. Todavía no se vería el enorme potencial que John estaba a punto de mostrarle al mundo, tranquilos. Fue en 1991, la grabación de Blood Sugar Sex Magic había comenzado capitaneada por el productor Rick Rubin. Aquí la cosa empezó a despuntar verdaderamente y el barco marchaba a toda vela. Bajo mi humilde opinión se trataría del mejor disco de la banda, o al menos el más creativo. Por primera vez veríamos a John siendo realmente él con canciones como I Could Have Lied o la archiconocida Under the Brige, con esa sensibilidad impregnada que se escapa por sus dedos. Give it away o Sir Psycho Sexy son otras dos perlas donde se mantiene ese contagioso estilo funk de la banda. My lovely Man fue un bonito tributo al fallecido Hillel, un mago.
 
La grabación de Mother's Milk no estuvo exenta de rarezas, pues fue una reclusión voluntaria del grupo en una mansión de Hollywood, donde Flea y John abusaron demasiado del consumo de marihuana. Para quien quiera saber más, todo ello está recogido en el documental
Funky Monks, título de una de las canciones del álbum a su vez, donde John golpea las cuerdas contra el mástil de su Stratocaster. Una pasada de tema. Como curiosidad, Frusciante manifestaría que no podía creer que la gente comprara la música por la cual Flea y él se habían vuelto locos por unos meses. El chico estaba un poco entusiasmado.
 
  
  
  
  
  
  
 
De heroína a villana
 
En 1992, durante un concierto en Tokio, Frusciante dejó la banda repentinamente para volver a California, y es aquí donde la cosa se pone realmente fea. Volvían de nuevo los fantasmas. John se recluiría en su casa bajo una atmosfera de depresión tratada a base de drogas, una mala receta. Impulsado por el efecto de los narcóticos, empezó a experimentar artes como la pintura o la creación de algunos guiones. Era una etapa bastante oscura para la cultura pop rock de la época, la palabra overdose salpicaría las portadas de las revistas. Era una etapa análoga a la que terminó con la vida de Janis Joplin, Jim Morrison y Hendrix a principios de los 70, poniéndole un broche negro al final de los apoteósicos 60.
 
Las actitudes autodestructivas provenían de las primeras generaciones del rock, donde el abuso de las drogas llevó a muchos de estos jóvenes a ver en ellas el éxito, la fama y un estilo de vida loco y divertido. Eran su espejo motivacional y de alguna manera esto condicionarían sus actos. Lo cierto es que en octubre de 1993 fallecería River Phoenix por sobredosis de heroína y cocaína en el Viper Room, local del que era poseedor su amigo Johnny Depp. Lo dejo ahí. El deseado actor había colaborado con John Frusciante en una canción de su disco Smile From The Streets You Hold, concretamente en Height Down, disco que duró bastante poco en el mercado, puesto que John lo retiraría un año después de su lanzamiento. Unos meses más tarde, en abril de 1994, moriría Kurt Cobain, suicidándose con un disparo en la cabeza. Y esto solo son ejemplos mundialmente conocidos. Por cierto, Frusciante diría de Cobain que fue un cobarde por pensar solo en sí mismo y no querer ver crecer a su hija. En una
entrevista a VPRO de 1994 podemos ver a John bastante demacrado por las drogas, con el pelo largo y una expresión ida. Toca alguna canción en la que vemos esa degradación del artista que da verdadera pena y alguna que otra palabra sincera hablando de la banda, de su vida personal, de su pasado y de otras muchas cosas.
 
Durante esta etapa había empezado a grabar en solitario. Su primer disco como solista se tituló Niandra Lades and Usually Just a T-Shirt, con una portada curiosa donde se puede ver a John vestido de mujer con un abrigo de piel. Quizás imitaba algunas teorías sobre Da Vinci y su obra La Gioconda, ya que se especula que esta no es más que un autorretrato de él mismo. Durante su reclusión y drogadicción, John llego a cotas muy bajas, estaba realmente mal. Flea dijo que creía que iba morir, y no era para menos tras ver en el estado en el que se sumía su amigo. Johnny Depp y Gibby Haynes, amigos de Frusciante, le grabaron un documental llamado
Stuff. En este documental, que más bien es un corto, se muestra el deplorable estado en el que se encontraba John. Su casa es la de alguien que ha abandonado la realidad, donde los grafitis en las paredes, la suciedad y el desorden se mezclan con guitarras, cuadros y él mismo escenificando su propio estado la decadencia, el de una joven promesa de las seis cuerdas condenada al vacío de los narcóticos, encerrado en su mente.
 
 
 

 
  
  
 
John pasó muchos años así hasta que en 1997 consiguió resurgir de sus cenizas al ingresar en un centro de desintoxicación gracias a la insistencia de sus amigos. Tenía abscesos en la piel por las inyecciones y una infección en la boca, por lo que tuvieron que reconstruírsela para salvarle la vida. Por su parte, a los Red Hot Chili Peppers, que habían suplantado a Frusciante por el guitarrista Dave Navarro, no les iban muy bien las cosas, pues, One Hot Minute no tuvo el tirón ni de lejos de Blood Sugar Sex Magic. La banda había sufrido un cambio de sonido desde la marcha del guitarrista de Queens que no a todo el mundo le terminó de gustar. Los riff heavy metal y sus composiciones más oscuras no convencieron al público, sin contar con la poca conexión musical que había entre ellos. Por estos motivos, entre otros, la banda pensó en disolverse seriamente. Pero había un recoveco por el que podrían ver la luz si las manos de Frusciante volvían a acariciar a una de sus musas.
 
Milagros no suceden todos los días, ¿o sí? Gracias al yoga y la meditación (vete tú a saber que tendrán estas cosas) John estaba superando su adicción a pasos agigantados ("cuidándote, haciendo ejercicio, puedes conseguir conexión con seres de otras dimensiones, hay que mantener la mente abierta y el cuerpo saludable"). Comenta que vio esta etapa como un renacer del él mismo, y vaya si renació. Nos confiesa que cuando estaba sumido en el infierno de la drogadicción a menudo imaginaba que John Frusciante quería ser, pero no era aquel. Se sentía orgulloso de haber logrado aquello y se mantuvo alejado de la heroína y después de la cocaína y el alcohol. También llevó una dieta saludable e intentó abstenerse de mantener relaciones sexuales para centrarse en su creatividad. Nada de sexo ni drogas, solo rock 'n' roll. ¿Daría resultado darle una vuelta de tuerca a la mítica frase?
 

 
Renacimiento. Desde el inframundo al nuevo milenio.
 
Cuando Flea se puso en contacto con John, le pregunto si querría volver a la banda y este acepto alagado, emocionado y con alguna que otra lágrima la propuesta de su antiguo compañero. Así empezaría la grabación de Californication, lanzado en 1999 y el cual se convertiría en el álbum preferido del guitarrista. Canciones como la propia Californication, Scar Tissue, Otherside o incluso Porcelain desprendían una sensibilidad característica del guitarrista. Podemos ver también en Around The world, Get On Top, I Like Dirt o Purple Stain, entre otras, esa identidad funk. Nos llevaríamos horas hablando de este disco por lo que supuso y por su enorme trabajo, como confirman las trece millones de copias que llegaron a vender. Como cuestión personal, una de mis canciones preferidas del álbum es This Velvet Glove por sus increíbles saltos. Este álbum también fue editado por Rick Rubin y, cómo no, destacaría el regreso del hijo pródigo de los Chili Peppers.
 
No solo destacamos el trabajo de Frusciante a la guitarra, que es enorme, y por qué no decirlo, más comercial. Sin dejar de lado la enorme aportación de Flea, genio y figura, John participa como corista de Keidis en muchas de las canciones, lo que le otorga una maravillosa armonía a los temas gracias al contraste de sus voces. Esta vez, al ser un álbum destinado a un público más amplio, John se saca de la manga una expresividad concentrada en unas pocas notas que hacen del conjunto una obra maestra; la guitarra suena de una manera indescriptible. Qué decir… terciopelo, canela, mar y surf, dulce, muy dulce. No sé cómo expresarlo. Es un álbum muy diferente a lo que nos tenían acostumbrado, pero funcionó. Como en todos sus discos, también hay un momento en el que toca decir "somos los Red Hot Chili Peppers". En general, El guitarrista supo ofrecer lo que la banda reclamaba, un soplo de aire fresco y tradición, además de una confesión en sus letras, lo que la crítica agradeció. De hecho, muchos periodistas que no daban nada por él tuvieron que tragarse sus palabras para arrodillarse ante Californication.
 
 
  
 
   
 
 
 
Tan pronto como Californitcation fue lanzado, iniciaron la gira. John había estado componiendo y las melodías no paraban de rondar en su cabeza. Así nacería su tercer álbum en solitario, To Record Only Water for Ten Days, con un sonido más lúcido y electrónico a la vez y explorando nuevos horizontes tanto a nivel vocal como musical. Absolutamente imprescindibles Going inside o Murderers. Según John, este álbum estuvo inspirado en la abstinencia proveniente de su ingreso en la clínica de desintoxicación. Tras su nueva aventura en solitario, vendría otro de los discos amados de la banda californiana, By the way, lanzado en 2002. Este álbum es diferente, pierde prácticamente su identidad funk para resaltar lo melódico. Si bien es una de las obras que encierran canciones más conocidas por los fans, como cuestión personal creo que deja de tener tanto gancho. Aun así, no hablamos de una composición baladí, va mucho más allá. By the Way, Dosed, Don’t Forget Me, Can’t Stop, I Could Die For You o Throw Away Your Television son grandes temas que se encontrarán en la memoria de muchos. Al sonido ahora hay que añadirle nuevos efectos, cortesía de Frusciante, el cual ampliaría su pedalera para la grabación del álbum. Su trabajo a la guitarra es más delicado y a nivel vocal sigue siendo una combinación bastante acertada.
 
Durante esta época se ve a un John totalmente recuperado de los fantasmas del pasado, una ecuación que suma creatividad y rezuma felicidad y éxito. Como pasaría con la gira de Californication, Frusciante se convierte en una máquina de generar música, puesto que durante la gira de By the way tampoco para de componer. En 2004, vería la luz Ataxia, formación compuesta por Frusciante a la guitarra, Josh Klinghoffer (amigo de John y su futuro sustituto en los Red Hot) a la batería y Joe Lally en el bajo. Grabaron en poco menos de tres semanas Automatic Writting, una de las mejores joyas que he escuchado en lo que al rock alternativo y experimental se refiere. Hay una conexión magistral entre estos músicos que se destapa con tan solo colocar el CD en el reproductor. Aquí no trataré de desglosar el álbum, simplemente hay que escucharlo. Obligatorio.
 
En febrero de 2004 saldría uno de los discos estandartes de la carrera solista de John, titulado Shadows Collide With People. Este disco también salió de su cabeza durante y después de la gira del álbum By the Way. Es el disco en solitario que más dinero le costaría al artista. En lo que respecta a las colaboraciones, sin arriesgar, Klinghoffer, Flea, Chad Smith y Omar Rodríguez-López; como curiosidad, Vincent Gallo en fotografía. En este disco hay que resaltar Carvel, Omission, This Cold, Song To Sing When I’m Lonely, Times Goes Back, In Relief y Regret. Es una composición madura, donde destacan los falsetes, que se convertirán en un sello de su creación musical. Una especie de auto-coro forzando la voz a un tono más agudo. Es difícil encasillar el álbum, ni siquiera describirlo. El caso es que entre sus extrañezas y mezclas el resultado consigue funcionar a la perfección, manteniendo la identidad del artista inalterable. Todo ello, gracias a su peculiar voz y estilo de componer. En el plano musical, centrándonos en la guitarra, esta sigue manteniendo sus acordes y riff transcendentales a los que nos tiene acostumbrado.
 
 
  
      
 
  
 
 
Frusciante anunciaría que editaría una serie de discos entre junio de 2004 y febrero de 2005. Entre ellos se encontrarían The Will to Death, Inside of Emptiness, A Sphere in the Heart of Silence, DC EP y Curtains. La apresurada publicación no resta creatividad a las obras. En muchos de estos discos se encuentran verdaderas joyitas. The Will To Death es un álbum de luz y oscuridad, de manos delicadas y sensibles a ritmos distorsionados y bucles. Todo ello muestra una obra reflexiva y madurez intelectual en sus letras. Frusciante nos acerca a su doble personalidad a la guitarra. Algunas de las canciones están compuestas in crescendo, otro rasgo que será característico en sus álbumes como solista. Es el caso de A Loop, por ejemplo. Destacan de este álbum A Doubt, The Mirror (con una composición de piano bastante melancólica) y Helical, tema instrumental sin desperdicio, otra melancólica composición que busca la reverberación como aliada. The Will To Death es quizás la canción del álbum, con unos acordes sencillos y un aterciopelado solo. En definitiva, un gran álbum que merece su sitio en la estantería.

El siguiente álbum destacable se trata a la vez de mi título preferido de este artista. Curtains es delicadeza, buenas letras y grandes composiciones. Se trata de un álbum acústico, donde la presencia de la guitarra eléctrica solo maquilla. Muchas noche he conciliado el sueño desvaneciéndome en sus melodías. El disco es corto y sentirás que quieres más, pero "lo bueno si breve...". Créeme, repetirá en tu repertorio musical. Inside of Emptiness es probablemente el más animado; destaca por el uso de distorsiones. Este álbum es otro de los que es inútil recomendar una canción, estoy seguro de que si eres amante de los trastes o el rock sabrás apreciarlo. Aun así, es justo alabar el extenso solo de Look on.
 
Stadium Arcadium se publicaría en mayo de 2006. Sería su último disco con los Red Hot Chili Peppers. Se despidió a lo grande, con un gran éxito de ventas, aclamaciones de la crítica y nominaciones a varios Premios Grammy, entre ellos, mejor canción de rock por Dani California y mejor álbum de rock. Aparte, destacan Snow, Charlie y Hump de Bump. A mediados de 2009 los rumores se confirmaron. John dejaba la banda para dedicarse a su carrera en solitario, a pesar de que, para mi gusto, sus álbumes posteriores no tendrían el gancho de los que hemos analizado hasta ahora. En 2010 saldría Letur-Lefr y en 2011 lo haría PBX Funicular Intaglio Zone. Es justo mencionar la colaboración mutua que Frusciante lleva a cabo con Omar Rodríguez-López, que durante este trabajo se ha visto al margen, aunque no por ello deja de ser importante. También habría que mencionar su colaboración en algunas películas, como Love (2015) de Gaspar Noé, donde podemos escuchar Murderers o Before the Begining (esta última se asemeja bastante a Maggot Brain de Funkadelic).
 
John Frusciante es más que un músico, es un compositor multiinstrumental: bajos, pianos, ukeleles, xilófonos... Progresivamente ha ido dando descanso a la guitarra para inclinarse por sonidos más electrónicos, especialmente a raiz de Trickfinger. También se ha atrevido con el hip hop, produciendo algunos de los discos del grupo californiano Black Knights. Así, vemos como en la última década ha vuelto a la búsqueda de nuevos sonidos, sumergiéndose en su enésima etapa experimental, quién sabe si la última. En definitiva, un chico que quiso ser estrella del rock y acabó convirtiéndose en todo un artista en el pleno sentido de la palabra. Su música y la melodía de sus riffs nunca deben escapar a nuestra memoria...
 
 
 
 

     
 

 

 
 
 
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